Volver a emprender después de una quiebra: Expertos revelan cómo reconstruir el negocio, la confianza y el propósito.

Viernes 23 de Mayo 2025.

Frente al fracaso, muchos sienten vergüenza o frustración, pero otros lo convierten en impulso. Reconocer errores y revisar el camino puede ser más valioso que cualquier plan inicial, dicen los especialistas.

“Ándate del país”, le dijeron. Pero Pablo Fuenzalida eligió otro rumbo, quedarse, enfrentar su quiebra, y reconstruirse desde cero. Endeudado en más de 30 millones de pesos en los 90´s, sin ingresos, sin red de apoyo financiero y con un hijo pequeño, optó por la ruta más difícil, que era asumir su responsabilidad, renegociar personalmente con cada acreedor y buscar formas de subsistir mientras se reinventaba. Hoy, es fundador de dos empresas: Dinámicas Humanas -desarrolla programas para habilitar la transformación cultural, digital y de gestión del cambio en tu organización, instalando habilidades de liderazgo individuales y sistémicas- y DhumanLab -empresa chilena de capacitaciones y coaching organizacional-, consultor de liderazgo, y su historia inspira a quienes han tocado fondo y dudan si volver a intentarlo. Testimonios como el de Fuenzalida no son aislados. Según el estudio “Cómo está la cosa”, realizado por tres fintechs, CobranzaOnline, Duemint y Sheriff, en 2024 las microempresas fueron las más afectadas por las quiebras, alcanzando el 48,33% de los casos. Les siguen las pequeñas empresas (28,18%), las medianas (13,10%) y las grandes empresas (10,39%). Pero, ¿cómo se vuelve a empezar después del fracaso? “No basta con levantarse rápido”, dice Sarah Russo, socia del G100 -grupo de emprendedores que, con un poco más de experiencia, buscan apoyar a aquellos que están empezando-. “Hay que tomarse el tiempo para procesar, entender qué pasó y separar tu identidad del fracaso. El negocio falló, no tú. Ese es el primer paso para volver a tener claridad emocional y, desde ahí, reconstruir”, comenta. Los primeros pasos tras una quiebra Emocionalmente, una quiebra golpea como una pérdida personal. Así lo explica María Gracia Agurto, experta en innovación y venture capital. Agrega que “cerrar una empresa es más que perder dinero: es perder un sueño, un equipo, una identidad. Por eso, lo primero es descansar y recuperar claridad. Dormir, frenar, y permitir que las emociones se asienten”. Superado ese primer umbral, llega el momento de hacer una autopsia del negocio. “Hay que analizar qué salió mal, con humildad, pero sin autoflagelarse. Es un proceso de valentía”, dice Russo. En paralelo, es esencial contar con una asesoría legal y contable que permita entender las opciones disponibles. “Negociar con calma puede evitar mayores desastres. Muchas veces, actuar con la cabeza fría cambia el desenlace”, añade. El miedo es otro componente inevitable. Fuenzalida propone tres claves para enfrentarlo: alinear el propósito con una necesidad real, cuidar el mundo interior como parte del negocio y estabilizarse a través de rutinas físicas y mentales. “El cuerpo también emprende”, afirma. Desde una mirada legal, el abogado Ricardo Ibáñez, experto en sostenibilidad financiera, advierte que uno de los errores más comunes es postergar decisiones. “Muchas veces los emprendedores se paralizan por miedo o vergüenza. Pero entre antes se asesoren y enfrenten el problema, más herramientas tendrán para evitar consecuencias irreparables”, afirma. “Reestructurar deudas no es rendirse. Es reorganizar para sobrevivir y prepararse para una segunda oportunidad”. Ricardo Ibáñez, experto en sostenibilidad financiera Cómo recuperar la confianza y volver a intentarlo Tras una quiebra, no solo se pierde capital, también se resiente la confianza. Recuperarla —tanto la propia como la de clientes, inversionistas y aliados— requiere tiempo, honestidad y pequeñas victorias. “Desde pagar una deuda hasta tener una nueva idea, todo suma. El ego sano se reconstruye con pequeños logros y con autocompasión”, afirma Russo. ¿Volver al mismo rubro o cambiar de industria? No hay una sola respuesta. Lo importante es que el nuevo proyecto tenga fundamentos más sólidos. “Cada intento debe ser más especializado, más riguroso”, dice Russo. Por su parte, Agurto destaca que el fracaso puede convertirse en un activo valioso, ya que “tu historia te da credibilidad. Has vivido lo que muchos temen. Si lo cuentas bien, se vuelve parte de tu pitch”. “Con los inversores, proveedores y clientes, la confianza se reconstruye con transparencia. Es importante haber manejado bien el cierre, haber comunicado a tiempo, explicado decisiones, mostrado el análisis final. Muchos inversionistas respetan más a quienes enfrentan los momentos difíciles con madurez que a quienes solo muestran los éxitos. Lo importante no es que todo haya salido perfecto, sino cómo los trataste cuando las cosas se pusieron difíciles”. Sarah Russo, socia del G100 Desde la vereda legal, Ricardo Ibáñez agrega que “a veces la mejor decisión financiera no es seguir intentando salvar un barco que se hunde, sino reordenar la carga y cambiar de embarcación. La Ley permite empezar de nuevo con respaldo y sin arrastrar culpas eternas”. Y cuando llegue el momento de volver a empezar, buscar redes que entiendan ese recorrido es fundamental. “Desde el G100 buscamos apoyar el emprendimiento post crisis porque muchos de nuestros socios saben lo que es fracasar, caerse y volver a empezar”, afirma Russo. “Eso se agradece cuando hay más incertidumbres que certezas”, finalizó.

Fuente: Emol.com



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