Martes 17 de Junio 2025.
Perfeccionar a los colaboradores puede generar beneficios tanto en la empresa como en las personas, pero también abre la puerta para eventuales salidas de la empresa.
En el mundo empresarial, capacitar a los trabajadores puede convertirse en una de las herramientas e inversiones más estratégicas que se pueden realizar. Lograr un crecimiento en materia profesional y empresarial y organizacional asoman como los principales beneficios en estos escenarios.
Pese a los beneficios que puede generar tanto en la persona como en la empresa, la duda que surge en estos casos es ¿cómo evitar la fuga de capital humano tras haber invertido tiempo y recursos en su formación? Expertos en capital humano aseguran que la capacitación no garantiza la fidelidad laboral. De hecho, los trabajadores más preparados y actualizados son también los más atractivos para otras empresas. Por eso, el desafío no está solo en formar, sino en generar sentido de pertenencia, propósito y oportunidades reales de desarrollo interno. Esteban Errázuriz, Head of Business Development de Talana, explica que antes de capacitar a un colaborador, es importante “definir objetivos estratégicos”. En el caso de formar a alguien en el extranjero, por ejemplo, es importante cuestionarse “si el programa busca expandir mercados, implementar tecnologías o fortalecer alianzas, el contenido debe alinearse con esos fines”. Y al terminar ese perfeccionamiento, también asoma como relevante “crear instancias de transferencia de conocimiento como talleres, charlas internas o mentorías, y asignar al colaborador a proyectos estratégicos que aprovechen lo aprendido”. “También es clave conversar antes del viaje sobre sus planes de desarrollo, reconocerlo públicamente y vincular su avance profesional a oportunidades dentro de la empresa. Así, el trabajador ve que su crecimiento está conectado con el futuro de la organización y la fuga de talento se vuelve mucho menos probable”, sentencia Errázuriz. Acompañar las capacitaciones con reconocimientos laborales Camilo Fontova, Gerente de Consultoría en Desarrollo Organizacional de BDO Chile, destaca, en tanto, que “al capacitar, se está generando empleabilidad a la persona, entregándole espacio para el desarrollo de nuevas competencias que puede poner en juego tanto en su trabajo actual como en otros”.
Por lo mismo, prosigue, “las capacitaciones no deben quedar solo en la acción de ser capacitado, sino que ir acompañado de procesos en los que las personas sientan que van avanzando en su trayectoria laboral, se sientan reconocidos y retribuidos, acorde al valor extra que el/la trabajador/a le está entregando a la organización”. “Lógicamente si la capacitación con reconocimiento posterior asociado al desempeño no van de la mano, las personas pueden empezar a buscar lugares donde sus habilidades y conocimientos también sean requeridos a cambio de más reconocimiento y retribución”, complementa. Retribuir la mejora de competencias Matías González, ingeniero en Administración de Empresas, enfatiza la importancia de retribuir la mejora de las competencias de los trabajadores. “Un trabajador que se capacita y aplica nuevos conocimientos debe ver recompensado su esfuerzo. Ya sea a través de aumentos salariales, bonificaciones o nuevas responsabilidades, es importante vincular el desarrollo con una mejora tangible”, destaca. En ese mismo sentido sostiene que no todos los trabajadores dejan la empresa por una mejor oferta económica. “Muchos lo hacen por falta de desafíos, poco reconocimiento o ausencia de propósito”, afirma. De ahí la importancia de “conocer sus motivaciones y expectativas” para actuar a tiempo e intentar retenerlo.
Fuente: Emol.com